El Concilio que me achuchó


Mons. Tissier de Mallerais ha concedido una entrevista en la que rehusa la aceptación del Concilio Vaticano II. De cara al año de la Fe, el cincuentenario del Concilio, la 'próxima-pero no llega' vuelta de los lefebvrianos, que puede ser un escalón interesante en la historia de la Iglesia, el tema conciliar es importante porque contiene el tema de Cristo y su Iglesia.

El tema del concilio es clave. No se trata ya de las distintas aplicaciones que haya podido o se le puedan dar, como el Santo Padre en su discurso de 22/12/05 dejó dicho, sino del mismo acto conciliar. Y de eso, digámoslo claramente, no hay lugar a dudas. El Concilio Vaticano II es un concilio legítimo  y santo de la Iglesia. Sus frutos son otra cosa... pero quizá no estamos llamados a ver sus frutos verdaderos, sino a sembrarlos.

Council rules!¿Se podría escuchar una afirmación así de labios de nuestros hermanos tozudos? A mí me gustaría mucho, sobre todo para hacerme ilusiones de una vez por todas. Pero parece que quieren guardarse esa carta en la manga, para poder seguir justificandose así mismos, su postura y sus ideologías:
el problema no es la FSSPX,  el problema es de Roma, de la Roma neo-modernista que  ya no es más la Roma eterna, que ya no es más maestra de sabiduría y verdad, sino que se convirtió en fuente de error desde el Concilio Vaticano II y lo sigue siendo hoy en día.
¿Un Concilio fuente de error? Eso es apuntar muy alto, porque invalida documentos, padres conciliares y al papa. Pero, ¿cuándo la Iglesia se ha visto libre de todo error? ¿Existe la Roma eterna? Pudiera ser que fuera producto de la idealización de los diversos periodos históricos más apoteósicos, una abstracción que no tiene fundamento real, salvo en que Roma, como sede de Pedro, tiene vocación de vida eterna, de dar la salvación: extra ecclesia nulla salus.
La irregularidad no es nuestra. Es de Roma. Una Roma modernista. Una Roma liberal que ha renunciado a Cristo Rey.
Roma siempre ha sido vértice y volcadero, donde puedes encontrar lo más sublime, y donde puedes espantarte de los vicios y pecados de los hombres que en ella habitan. Hasta en la curia se dan pecados. Hasta en el apartamento apostólico. 

Pero, ¿y si fuera verdad? ¿Y si el engaño hubiera empozoñado tanto las mentes y los corazones de los creyentes que no viérmos la verdad? En la crisis arriana, la mayoría de los obispos eran arrianos, o casi...
Entonces esto es un dilema serio: o somos unos herejes, y los lefebvrianos son nuestra única esperanza, para que Dios nos perdone y podamos volver a ser su Iglesia, y seguir evangelizando...
o la FSSPX se está deslizando hacia la pendiente resbaladiza y fatal del sedevacantismo, esto es, de ser una secta:
...el papa Benedicto XVI, todo lo papa que él sea, permanece modernista... 
A Dios gracias hay un término medio: la FSSPX puede ser un instrumento válido y legítimo para restaurar el orbe católico. Pero hacen falta labores de desintoxicación, como cierto lenguaje que peca de ser... extravagante. Pero hay más:
 ...Su discurso programático del 22 de diciembre de 2005 es una profesión de la evolución  de verdades de fe según las ideas dominantes de cada época.  A pesar de sus gestos favorables su intención real es integrarnos en el orbe conciliar, a volver al Vaticano II.
Hablar de la evolución de las verdades de la fe, de la progreso del dogma es reconocer que no sabemos todo, que todavía podemos comprender los misterios de nuestra fe de una manera más profunda, no distinta, sino más imbricada en el dato de la revelación. Fruto de la evolución de las verdades de la fe son los dogmas modernos marianos. Pero no decimos "según cada época", sino "para cada época". En el siglo I, en el año 45, si le preguntáramos a un discípulo que hubira visto a Cristo en vida ¿Jesús cosustancial al Padre? ¿qué nos habría contestado? Pues quizá nos hubiera mirado con cara de madrugar, y nos hubiera entonado el himno que rezaban en la asamblea, en la fracción del pan: Cristo, a pesar de su condición divina...

No se trata de que el dogma vaya cambiando, que se vaya reformando su contenido, sino que, terminada la revelación universal con Cristo y los apóstoles, la Iglesia crece en conocimiento de esa revelación, y hay una evolución accidental: estos es, de cuatro maneras: a) explicitación de lo que antes estaba implícito, b) los dogmas materiales se convierten en formales c) para mayor inteligencia, los dogmas antiguos se proponen de mano de nuevos y bien precisos conceptos (como transustanciación, p.e.) c) Las cuestiones debatidas se aclaran y definen (el limbo, en nuestros días) Y quisiera citar a san Vicente de Lérins:
Pero tal vez dirá alguno: ¿Luego no habrá en la Iglesia de Cristo progreso alguno... pero tien que ser verdadero progreso en la fe, no alteración de la misma. Pues es propio del progreso que algo crezca en sí mismo... (Comm. 23)
Claro que hay que volver al orbe conciliar, al Vaticano II. Pero para ello no hay que salirse de la órbita, cuyo centro es Cristo. No hay otro camino para salvarse que la Iglesia de Cristo, cuerpo de Cristo. No hay otro lugar donde podamos acoger la palabra de la Vida y recibir el Santísimo Cuerpo de Cristo. No se puede ser Iglesia sin aceptar la autoridad que el mismo Señor le ha dado a su esposa. Aunque duela... pero claro:

Monseñor Lefebvre decía en 1984: “No hay que ponerse bajo una autoridad, cuando esta  autoridad tiene todos los poderes para destruirnos”
Esta es la diferencia con los santos: no les ha importado que Dios les aniquilara, aun por manos de hombres.

Recemos, parece que despunta la aurora.

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La entrevista, en tradiciondigital.es

Mons. Tissier de Mallerais

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