Dulcísimo Manjar


Cosa nunca oída ni vista, que hallase Dios manera cómo, subiéndose al cielo, se quedase acá su misma persona por presencia real, encerrada y abreviada debajo de unos accidentes de pan y de vino; y con inefable amor dio poder a los sacerdotes ordenados según la orden de la santa Iglesia romana que, diciendo las palabras que el Señor dijo sobre el pan y vino, hagan cada vez que quisieren lo mismo que el Señor hizo el Jueves Santo en la noche una vez, y con las dichas palabras de la consagración, nos lo trajesen del cielo de entre los ángeles, y nos lo pusiesen entre nosotros, y lo comiésemos como dulcísimo y provechosísimo manjar, y fuese nuestro compañero en los trabajos de este destierro y nuestra defensa entre los peligros; y, finalmente, remedio muy bastante y sobrepujante contra todos los males que nos pueden venir, según David lo vio en espíritu y lo profetizó diciendo: pusiste una mesa delante de mi contra todos los que me atribulaban.

Sermon 35, 12. 
Del Mtrº. Ávila, 
Santo, Padre de Santos, Doctor de la Iglesia.

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Por deuda contraída, que debía ser el jueves pasado cuando se hubiera dado a la interrete, cumplo con gusto en su Octava.

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