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Mostrando entradas de 2014

Cristo Rey tiene que reinar

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San Pablo lo dice categóricamente: Cristo tiene que reinar . Su reinado conviene, pues o reina Jesús, o reinan sus enemigos. Y conviene que reine Cristo, porque sus enemigos son la codicia, el recor, la pereza y la soberbia, la guerra y la metira. Pero este gobierno no viene de manera automática, sino que va conquistando almas, va sometiendoselo todo, hasta que al final, sometida la muerte, reine la vida en Cristo, y Cristo vivo haga de su Corazón humilde y bueno la Ley de su reino: hacer la voluntad del Padre. El último enemigo será la muerte. ¿Y el primero? El primer enemigo a ser sometido es el pecado, y no en sentido abstracto, sino mi pecado y tu pecado. ¿Reina, pues, Cristo en nosotros? ¡Dejémole reinar! Una buena confesión, proponernos esta semana una obra de misericordia, una obra de caridad, será la mejor manera de empezar a hacer discípulos de este Rey de Paz.

¿Por qué ofrecerles misas a los muertos?

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Ampliemos el foco. La pregunta sería: ¿por qué ofrecer la misa por una intención? Seguro que lo primero que se le viene a la cabeza a un católico bien formado -en la nueva ola- es que la Eucaristía se ofrece ya por todos, y que por tanto es un infantilismo, o un egoismo espiritual, querer que la misa se aplique por una única intención. Encomendar los difuntos, o las ánimas benditas cuando ya se pide por todos ellos, incluso por aquellos cuya fe solo tú conociste es una redundancia, un viejo negocio de la fe. El sacerdote no es una vedette; está para servir, no para dar gusto. Vayamos por partes: La misa no es una happy party, un evento de comunicación entre crisitianos con una misma fe, una asamblea participativa. La Eucaristía es el sacramento que hace presente la Persona de Jesucristo y su Sacrificio Redentor . En la celebración de la Santa Misa se realiza el memorial de su muerte y resurrección, donde se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda d

Los reyes son los padres, o desilusiones liberales

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Sentirse engañado con el PP es como descubrir que los reyes son los padres. ¿Y todos los regalitos que te han ido dejando? Muchos pensarán que mejor hacerse el longui, que bastante mal está el mundo. Otros, no tantos, llevan ya tiempo sacándose las castañas del fuego, porque no podemos esperar que vengan a hacerlo las leyes, que además, son perversas. Queda seguir luchando, sabiendo que las leyes no cambian al hombre, ¡qué manía! Por sus frutos los conoceréis. ¿Puede un árbol malo dar frutos buenos? Pues eso.

Letrán o el alma dedicada a Dios

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Al celebrar la dedicación de la basílica de Letrán lo que estamos conmemorando no es la construcción de piedras, muy hermosa, monumento de arte y de la historia. La dedicación del templo, y todos han sido dedicados, es ofrecerlo a Dios para que se digne habitarlo; consagrarlo es separarlo de las cosas del mundo, del resto de los edificios, para que sea testimonio de la presencia de Dios en el mundo. La fiesta de hoy es más especial, porque miramos a Roma, a la Iglesia del Papa como obispo de aquella que es cabeza y madre de todas las diócesis. Por ello os ofrezco dos consideraciones. La primera es según la palabra de Nuestro Señor Jesucristo: "No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre" . La reacción violenta del Señor se debe a la profanación que realizaban los judíos al dedicar el templo a oficios que no tienen como fin el culto a Dios, sino el mero enriquecimiento de los hombres. Cierto es que eran c

Rey de reyes y Señor de señores

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Un católico debe tener pocas cosas tan claras como ésta: no hay más Rey que Cristo. Lo celebramos todos los años, cuando noviembre, melancólico, nos hace contemplar cosas importantes -otra vez, de otro modo- que nunca agotamos: muerte, jucio, cielo, infierno, señorío. Y el señorío, el dominio, la potestad y el imperio le corresponden a Jesús, el obrero de Nazaret, el Hijo de Dios. Que toda rodilla se doble... Por derecho de conquista, de legitimidad dinástica, de razón y conveniencia. Pero a la vez, los católicos conscientes sabemos que un rey, incluso temporal, no es un oficio cualquiera. Cuando Dios consiente monarcas para su pueblo, aunque sea por misericordia con sus hijos, los consiente por que les da una misión: ser pastores del rebaño. Y pastores, aunque les pese, que deberían ser según su Corazón. Dei Gratia Rex . Por su gracia. Y sin su gracia, así nos va. Por eso san Pedro nos amonesta: Estad sujetos por el Señor, a toda institución humana: lo mismo al rey, como sobe

Un Corazón que arde y abraza (V)

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No, no es una errata (y cometo muchas) Es que el Corazón de Jesús tiene esas cosas. Porque quien se acerca, no pasa de largo. No puedes mirar a los ojos de Cristo e ignorarle. Si ocurre, es que no le habrás mirado. Déjate abrazar. Déjate abrasar. El quiere meterte muy dentro de su llaga, le has costado mucho, eres su conquista . A precio de sangre. Déjate conquistar por Él. Déjate abrasar en Él.

De por qué la Pascua es tiempo de alegría

Oscuridad plena. Bueno, la que se puede conseguir, porque las señales de emergencia no hay quien las dome. Monaguillos que corretean trayendo cosas, tropiezan con el braseo, se achuchan el incensario. Un cura nervioso, porque las iglesias a oscuras le ponen nervioso. Oremos , dice. Y oramos. Y de pronto la luz. Es una luz tímida, que aún no tiene fuerza porque no quema más que un poco de pábilo encerado. Pero suficiente como para encandilar los ojos y que la feligresía toda, vuelta hacia las cancelas de la iglesia, solo se fije en esa lucecita. Según se va signando y adornando de granos de incienso, la luz crece. Aún crece más, cuando el sacerdote, con toda la solemnidad que reviste la ocasión, levanta el cirio por encima de la cabeza y entona: ¡Luz de Cristo! . El incienso, en bocanadas, es atraído por la llama del cirio florido que se comienza a derramar por todo el templo, haciendo de la oscuridad, constelación. Unas hábiles marías se acercan primeras al cirio, como primeras

Un Papa Católico

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  24. Nosotros creemos que la misa que es celebrada por el sacerdote representando la persona de Cristo, en virtud de la potestad recibida por el sacramento del orden, y que es ofrecida por él en nombre de Cristo y de los miembros de su Cuerpo místico, es realmente el sacrificio del Calvario , que se hace sacramentalmente presente en nuestros altares. Nosotros creemos que, como el pan y el vino consagrados por el Señor en la última Cena se convirtieron en su cuerpo y su sangre, que en seguida iban a ser ofrecidos por nosotros en la cruz, así también el pan y el vino consagrados por el sacerdote se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, sentado gloriosamente en los cielos; y creemos que la presencia misteriosa del Señor bajo la apariencia de aquellas cosas, que continúan apareciendo a nuestros sentidos de la misma manera que antes, es verdadera, real y sustancial.  Tomado del Credo del Pueblo de Dios , de Pablo VI El primer jueves de febrero, ante el Santísimo

Potaje sin sal

En mi pueblo, un insulto de los flohitohs es que te digan "potaje sin sal". Pobres los hipertensos que han de tener la paciencia de saborear las cosas como son, insípidas y sin gracia, hasta que al final se acostumbran, y claro, por fuerza dicen que les está bueno. Sí, claro, ya.... Un potaje sin sal es una guarrería, por muy acostumbrado que estés. La sal realza los sabores, los unifica y potencia, elevando la judía cocida a las más altas cotas de sabor, encumbrándola en el parnaso fogonil. Estamos muchos cristianos insípidos. Sosos, sin gracia de Dios ni humana ninguna. Y eso es malo. Porque si no tenemos sabor, si no realzamos el sabor de la vida, del mundo, de la creación y de la sociedad... somos un potaje sin sal. Pero hay algo peor: acostumbrarnos a un cristianismo sin sal, sin fuerza ni sabor, sin la pizca de sabrosura que da el tener gustos de cielo aquí en la tierra. Sin conservantes, ni colorantes, ni azúcares añadidos. Cero por ciento de sobrenaturalidad, no