Eurovegas
Siempre escuché: somos pobres, pero honrados.
De siempre se ha tenido por título mayor la honra que el dinero.
Y eso correspondía a una escala de valores que, aunque tuviera sus hipocresías -aquellos hambrientos hidalgos que se salpicaban de migas la pechera para dar la impresión de haber comido-, sostenía con sus firmes pilares ideales altos y enaltecedores.
Pero hace mucho que deshonra hasta el atisbo de honra. Y toda virtud está de rebajas, hasta el punto que ni humanamente se puede predicar valor que valga.
Sí, somos miserables, pero con Dinero.
De aquellos polvos, los lodos tendremos; y de tanto lodo, en porquerizas nos hallareremos. ¿Y en qué nos convertiremos? ...
Bienvenido, Mr. Las Vegas.
--
Auxilium christianorum, ora pro nobis!
De siempre se ha tenido por título mayor la honra que el dinero.
Y eso correspondía a una escala de valores que, aunque tuviera sus hipocresías -aquellos hambrientos hidalgos que se salpicaban de migas la pechera para dar la impresión de haber comido-, sostenía con sus firmes pilares ideales altos y enaltecedores.
Pero hace mucho que deshonra hasta el atisbo de honra. Y toda virtud está de rebajas, hasta el punto que ni humanamente se puede predicar valor que valga.
Sí, somos miserables, pero con Dinero.
De aquellos polvos, los lodos tendremos; y de tanto lodo, en porquerizas nos hallareremos. ¿Y en qué nos convertiremos? ...
Bienvenido, Mr. Las Vegas.
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Auxilium christianorum, ora pro nobis!
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