El Concilio que me achuchó (II)

El Cardenal Brandmüller se ha descolgado del establishment con unas frases que sólo pueden salir de bocas valientes que no tienen nada que perder. La negrita es nuestra:
La eliminación indiscriminada del latín o de los cantos gregorianos, además de la erección de altares cara al pueblo no se pueden llamar frutos del Concilio. Echemos la vista atrás a la falta de sensibilidad en el cuidado de las almas y en el cuidado pastoral de la forma litúrgica. Sólo hay que pensar en unos excesos que evocan la iconoclastia (el Beeldenstorm, la lucha contra las imágenes) del siglo VIII, excesos que catapultaron a numerosos fieles a un auténtico caos y les dejaron sumergidos en la oscuridad. 
Vamos, lo que muchos católico conscientemente pensamos.

Lo que la Iglesia se dió como una bocanada de aire fresco en el Concilio no fueron las distintas revoluciones -que según los revolucionarios que las atentaban eran el espíritu del Concilio- sino volver a encumbrar como principio hermeneutico de todo la salus animarum, esto es, la salvación de los fieles. Y sí, la Santa Misa que celebramos novus ordo o forma ordinaria es santa, legítima, y tiene muchas remodelaciones que son un autentico progreso en la vivencia de la eucaristía... pero, ¿no fue todo muy precipitado? 

El año de la fe es un reto para toda la Iglesia, no sólo una ocasión para pólvora y polvorones. En las parroquias puede ser una buena inflexión en una pastoral aletargada, mortecina... en los seminarios pudiera la ocasión para estudiar -donde no se estudie- el Catecismo (¿cómo, si  no, enseñarlo?). Las comunidades religiosas se pueden tomar en serio su "no ser del mundo", su carácter de vida excepcional, anticipo del cielo. En los colegios católicos se debería abrir la puerta a todo lo que sea verdaderamente católico... en fin, y así todos.

Pero no seamos ingenuos: esto va a ser para los que se lo trabajen. Y claro, eso es otro cantar. Hay algunos que ya lo llevan haciendo mucho tiempo. Y otros que sólo les falta hallar la fórmula para que la parroquia despierte, por fin. No queda mucha noche. ¡Ánimo, perezosones, el día se nos echa encima! La senda está clareada, dejémonos de discusiones y trabajemos en lo que sabemos que da fruto... ¡Gracias, card. Brandmüller!

Comentarios

shingouz ha dicho que…
Echa la hache de "hecha"!
P. Albrit ha dicho que…
Shingouz: aunque tarde, gracias por la corrección. Ya está hecho!

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