Desprendimiento

Esperanza se marcha. Ha dicho que tiene sus razones y yo, que soy muy ingenuo, la creo a pies juntillas. Ójala lo hicieran más políticos, precisamente los que todo lo empeoran; que tomen nota, que ha dejado el listón muy alto: retirarse sin batalla ninguna, simplemente porque hay cosas mejor que hacer. O por que ya no se puede. O porque ya no se quiere.

Me parece una lección que hay que tomarse incluso en la misma Iglesia... y eso, rara vez pasa. Promoveatur ut removeatur. Creo que se dice así. No hay quien se quite un cargo de encima (es decir, de debajo), o muy pocos llegan a tener ese santo desprendimiento:
- Oye Paco, que si te vas, esto se hunde...
- Bueno, haré un sacrificio...
Y el sacrificio lo hacen los de abajo, que siguen soportando al genial lider o lideresa (de todo hay) que todo lo hunde.

Yo solo digo que ójala y no aspire a cargo ninguno, pero más aún, que no me agarre a altura ningua. Ni a párroco; ni a vicario parroquial.

Y añado a la oración que me enseño mi Vicario general:
Señor, que tenga las menos manías posibles
esta coda:
y que cuando estorbe, me quite.



Comentarios

javier ha dicho que…
Bonita aspiración, oiga. Tomo nota.
P. Albrit ha dicho que…
Don Javier! Qué alegría verle por mi blog...
Que sepa que es usted el segundo comentarista...

Entradas populares de este blog

Víspera de Corpus

Un Corazón que arde y abraza (V)

¿Por qué ofrecerles misas a los muertos?