Un Corazón que arde y abrasa (III)





El primer viernes es una cita de amor. No se compara con el precepto dominical, ni mucho menos. Celebrar el día del Señor es un mínimo, como una línea roja que traspasarla delata la total indiferencia hacia el Creador, el Salvador, el Auxilio de nuestras vidas cotidianas.


El primer viernes no exige.... ¡obliga dulcemente! Porque el amor es mucho más fuerte, más que la muerte, de la que nadie se escapa. Los primeros viernes son el catorcedefebrero mensual de los achicharrados por el amor de Cristo.

Hoy es primer viernes, y Jesús espera nuestro amor para colmarnos de su misericordia. ¡Qué buen negocio! Por las escorias de nuestro corazón -a todo eso puede llegar nuestro ampuloso amor-, Dios nos colma del amor de su Corazón, del océano de su misericordia.

Él te espera, Jesús te espea. Confiesa, comulga, ama y repara. Con delicadeza de enamorado. Con osadía de niño. Con fervor de reo indultado.

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