Beato don Narciso, mártir de Cristo

 El 21 por la tarde nos avisó el Prelado a los claveros que irían a recogernos las llaves del Tesoro de la Catedral y de la Virgen del Prado. No se realizó ésto, sin embargo, hasta el 22 a la una, hora en que los jefes comunistas se estaban aposentando en las habitaciones del señor obispo. Éste había sido sacado un poco antes de la casa de don Saturnino con el pretexto de una declaración que había de prestar en el Seminario. Aquella tarde, mientras se expoliaba la Catedral y algunos de los criminales deíca que el Obispo se había fugado, se tuvo como indudable que ya había sido muerto. Cosa plenamente confirmada poco después cuando se extendió que en las cercanías de Peralbillo, a orillas del Guadiana, se hallaba sin vida un obispo, con otro sacerdote que debía ser su paje...

Jiménez Manzanares, J., Martirologio diocesano, p. 12. Ciudad Real, 1947.

"Matad al hombre, pero no al espíritu"
Una de sus últimas palabras

Oh Dios,
que has embellecido
nuevamente a tu Iglesia
con la sangre derramada
de los Beatos Narciso de Estenaga, Obispo, 
Julio Melgar, presbítero,
y compañeros mártires,
concédenos por su intercesión
la gracia que ahora te suplicamos
(pídase la gracia) y, sobre todo,
que el ejemplo de su muerte martirial nos encienda en tu amor,
nos mueva a vivir en verdad
la vida cristiana y
a desear morir profesando tu nombre.
Por Jesucristo Nuestro Señor. 
Amén.

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